¿Es posible aplicar Montessori en casa sin ser experta?
¿Hace falta saberlo todo para empezar?
Acá vas a encontrar respuestas reales, historia, ideas concretas…
y muchas razones para confiar en que sí, es posible. Incluso hermoso.
Introducción y primeros indicios (1909–1952)
María Montessori no dejó un manual sobre cómo aplicar su método en el hogar, pero desde sus primeras obras ya aparecen principios que hoy resultan claves para pensar Montessori en casa.
En Il metodo della pedagogia scientifica (1909) hablaba de la necesidad de muebles a la medida del niño y de un entorno que invite a la autonomía.
En Il bambino in famiglia (1936), escribió sobre el rol del adulto en la vida doméstica y cómo muchas veces, sin querer, obstaculizamos el desarrollo del niño.
La scoperta del bambino (1948) retoma estos principios, poniendo énfasis en el respeto por los ritmos infantiles.
Aunque estos textos estaban orientados al ámbito escolar, muchas familias empezaron a intuir que podían llevar esa lógica también a casa.
Primeras autoras que hablaron a las familias (1912–1930)
En las primeras décadas del siglo XX, algunas mujeres comenzaron a escribir para madres y padres que querían criar con otra mirada.
Dorothy Canfield Fisher publicó en 1912 A Montessori Mother, y en 1913, junto a Evelyn Dewey, The Montessori Manual, donde explicaban principios del método y cómo aplicarlos en casa sin reproducir una escuela.
Estos libros no definieron aún una línea Montessori en casa, pero fueron un primer intento de adaptación para la vida familiar.
Década del 60: homeschooling y el salto al hogar real
En los años 60, el movimiento de homeschooling creció en Estados Unidos. Algunas familias comenzaron a aplicar Montessori en casa, no como complemento escolar sino como alternativa educativa.
Elizabeth Hainstock publicó en 1968 Teaching Montessori in the Home, una guía muy utilizada por quienes no podían acceder a una escuela Montessori. Ese mismo año, Marija Kuraitytė-Varnienė produjo el video Montessori in the Home.
Aunque Montessori fue solo una de las pedagogías elegidas en el ámbito homeschooler, ofrecía una estructura clara y respetuosa que atrajo a muchas familias.
Años 70 y 80: del aula al hogar como estilo de vida
Durante esta etapa, la mirada Montessori empieza a pensarse más allá de la escolarización.
Paula Polk Lillard publicó en 1972 Montessori: A Modern Approach, y más tarde, junto a su hija Lynn Lillard Jessen, Montessori from the Start (2003).
Estos libros propusieron que el hogar también podía ser un ambiente preparado.
Se dejó de pensar en el hogar como una escuela alternativa y se empezó a ver como un entorno donde el niño también puede desarrollarse con libertad y belleza.
Años 90 y 2000: Montessori se vuelve accesible
En este período aparecieron libros que acercaron el método a las familias.
How to Raise an Amazing Child the Montessori Way (2003), de Tim Seldin, ofrecía ideas prácticas por edad.
The Tao of Montessori (2005), de Catherine McTamaney, ponía el foco en la actitud del adulto.
Se consolidó la idea de que no hacía falta ser guía Montessori para aplicar principios del método en casa.
Años 2010 en adelante: comunidad, redes y expansión global
Con la expansión de las redes sociales, Montessori en casa se volvió visible.
Simone Davies publicó The Montessori Toddler (2019), y Marta Prada desarrolló el blog Montessori en Casa y el libro Montessori para familias.
Miles de personas empezaron a compartir sus experiencias en redes, y surgió una comunidad global.
Montessori se volvió más conocido y más aplicable desde lo cotidiano.
2020: la pandemia y el redescubrimiento del hogar
La pandemia convirtió al hogar en centro de vida, educación y vínculo.
Muchísimas familias encontraron en Montessori una forma de ordenar, simplificar y acompañar a sus hijos en ese contexto.
El interés por los muebles accesibles, las torres de observación y los ambientes preparados creció notablemente.
Y aunque las escuelas reabrieron, muchas de esas decisiones se mantuvieron.
2021–2025: un camino que se vuelve cada vez más profundo
Hoy Montessori en casa ya no es una rareza.
Muchas familias lo aplican como forma de crianza consciente, incluso si no siguen el método completo.
Los principios de autonomía, belleza, orden y respeto se integraron a la cultura general.
Aparecieron más formaciones, más espacios preparados, más decisiones cotidianas inspiradas en el enfoque.
Montessori en Argentina: una historia que toma forma con FAMM
En Argentina, Montessori creció en profundidad a partir de la fundación de FAMM en 2007, que representa oficialmente a AMI (Association Montessori Internationale) la organización creada por la Dra. Montessori.
Eso permitió que el país (y la región) tuviera formaciones de nivel internacional para guías Montessori, y que también se ofrecieran espacios de formación para familias.
La Fundación Argentina María Montessori acompañó la apertura de jardines, escuelas y fortaleció el ecosistema Montessori con coherencia y continuidad.
Hoy Argentina tiene una comunidad Montessori activa, con instituciones serias y familias comprometidas.
El vínculo con AMI, a través de FAMM, dio respaldo pedagógico real a ese crecimiento.
Un método libre… pero no cualquiera
Montessori no es una marca registrada. María Montessori no patentó su método.
Eso hace que cualquiera pueda usar el nombre, incluso sin formación ni coherencia con el enfoque.
Se venden objetos que no respetan principios Montessori, y existen instituciones que usan el nombre sin aplicar bien el método.
Por eso es importante buscar propuestas respaldadas.
Contar con una conexión con FAMM, en ese sentido, es una garantía de coherencia pedagógica.
En Lala Montessori nos enorgullece ser proveedores de FAMM.
Cada mueble que diseñamos busca acompañar de verdad al niño, desde el método, desde el respeto y desde lo posible.